Decisiones tabuladas II. Explicación

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En el post de nombre «Decisiones tabuladas I. Exposición» ofrecía una visión general sobre ese tipo de decisiones. Además, exponía una motivación para usar esta metodología, comentaba los pasos a seguir y cuando deberíamos de hacer uso de ella. En esta entrada, voy a explicar los pasos allí mencionados. Dentro de un tiempo publicaré un artículo donde mostraré un ejemplo usando la metodología.

Debo decir que esta metodología acepta cierta incertidumbre en las condiciones a pedir, es decir, cuando no sabemos muy bien que exigir a la decisión final. Para los casos en que sí se sabe que pedir, pero no se sabe muy bien qué sucederá detrás de cada acción, habremos de recurrir a otros procedimientos. Aunque la metodología expuesta será la base para empezar con otras.

Los pasos que describiré a continuación son los mismos que he dije en el anterior artículo. Pero para ganar en generalidad he modificado un poco el nombre. Seguiré con el ejemplo de una impresora láser para estar hablando de algo concreto y no estar perdido en un mundo teórico al que no sabemos a que hace referencia. No resulta muy difícil generalizar el caso de la compra de una impresora.

Los pasos eran:

  1. Hacer un listado de todas las características que queramos que tenga nuestra decisión final.
  2. Hacer un listado de todas las características que necesitamos que tenga la decisión final.
  3. Selección entre las características obtenidas anteriormente.
  4. Agrupar todas ellas en dimensiones.
  5. Sumar las características de una misma dimensión y multiplicar dimensiones.
  6. Elegir la de mayor conveniencia.
  7. Validar la decisión.

1 Hacer un listado de todas las características que queramos que tenga nuestra decisión final

En este paso se trata de hacer un listado de todas las propiedades que queremos que tenga nuestra decisión final. En nuestro caso, la impresora láser. Se puede hacer mediante un Brainstorming o cualquier otra técnica conocida que permita acercarnos a la obtención entera de las propiedades. Luego habrá un filtrado de todas las que hemos escrito, por lo que no hay que preocuparse de si son posibles o si no existen aún esas propiedades.

2 Hacer un listado de todas las características que necesitamos que tenga la decisión final

Una vez hecho el paso anterior, procedemos a hacer lo mismo, pero bajo las necesidades que tenemos. Otra vez se trata de dar rienda suelta a nuestro cerebro y que él diga qué características necesitamos o podríamos necesitar o algunas ideas absurdas que luego filtraremos.

3 Selección entre las características obtenidas anteriormente

Ahora debemos filtrar entre todas las características escritas en los dos pasos anteriores y elegir las más convenientes. Se puede recurrir a preguntar si existen, si son oportunas, si son congruentes o contradictorias… para eliminarlas o aceptarlas. Mientras en los pasos anteriores podían caer en el olvido las consecuencias que puede tener una característica, en este paso, no; deberíamos tenerlas siempre en mente.

4 Agrupar todas ellas en dimensiones

Una vez tenemos todas las características que entran en juego, las agruparemos por dimensiones, es decir, todas aquellas que se midan bajo la misma magnitud, las ponemos juntas. Esto facilitará el trabajo que viene después con las operaciones numéricas. Las variables subjetivas como no tienen magnitud, se pueden mantener por separado. No obstante, si hay algún grupo de características que se les encuentre cierta similitud se pueden agrupar.

Empecemos a hacer la tabla. Cada fila será una opción o decisión a elegir, impresoras láseres. Las características las pondremos en las columnas, manteniendo en columnas contiguas aquellas que son de la misma dimensión. Además, al final de cada dimensión añadiremos una columna que reflejará el resultado de sumar todas las características de la dimensión. Finalmente añadimos una última columna cuyo valor es la multiplicación de las dimensiones (la añadida en cada dimensión).

5 Sumar las características de una misma dimensión y multiplicar dimensiones

Este paso trata de hacer todas las operaciones necesarias para obtener un número sólo en cada fila. Para ello, sumamos las características dentro de cada dimensión y multiplicamos las dimensiones. Dentro de una misma dimensión, no olvidar usar siempre las mismas unidades. Se pueden usar números positivos y negativos, además de números entre -1 y 1.

La multiplicación tiene la propiedad de no dejarse influenciar por la diferencia en el rango de valores de algún factor. Véase el ejemplo siguiente, donde el mayor de los mayores viene dado a través de la multiplicación. Si sumamos, al ser unidades con escalas o rangos diferentes, no obtienes el mayor de los mayores. En el caso en que las dimensiones o características se midan en diferentes magnitudes, ya sabemos que no pueden ser sumadas.

Ejemplo: En una dimensión valoramos del 1 al 10 puntos y la otra dimensión del 1 al 5 puntos. Veamos qué ocurre:

Dim. 1 Dim. 2 Suma Producto
Opción 1 6 5 11 30
Opción 2 9 3 12 27

En la tabla anterior vemos que cambia la elección entre sumar y multiplicar. Si sumamos elegiremos la opción 2 y si multiplicamos la opción 1. Lo correcto es elegir la opción 1 porque es más afín a nuestras exigencias, ya que la dimensión 2 tiene más peso que la dimensión 1 porque va de 1 a 5. Así un punto menos representa un 20% menos en su importancia.

Una vez explicado la utilidad de la multiplicación y su mejor uso frente a la suma deberíamos de recorrer todas las dimensiones para hacernos la siguiente preguntar: cuanto mayor sea la dimensión, ¿mejor o peor?. Ocurrirá en muchos casos algo mixto; tendremos dimensiones que cuanto mayor sea el valor de una mejor y otras peor.

Ante la situación anterior lo que deberíamos de hacer es invertir el valor de las dimensiones que se comportan al revés de lo buscado. Esto lo conseguiremos con elevar a -1 el resultado final de la dimensión. Luego podremos multiplicar las dimensiones sin temor a hacer una fórmula no fiable.

6 Elegir la de mayor conveniencia

En este caso, he supuesto que todas las dimensiones cumplen que cuanto mayor sea el valor de la dimensión mejor. En caso contrario elevábamos a menos uno. El resultado de esto es que la mejor elección es la de mayor número. En alguno casos esto es al revés, con lo que hay que elegir el menor número.

7 Validar la decisión

Finalmente, una vez tenemos la decisión tomada, debemos validarla. Es preferible comprobar los pasos hechos mediante reglas que no nos obliguen a rehacer todos los pasos, antes que tomar el resultado que ha salido sin pensar ni fijarse en nada. No se puede dar la culpa a los números, los hemos manejado nosotros y ellos no tienen voluntad. Si sale un disparate, en algo hemos fallado.

Recomiendo a todos los lectores que vean este procedimiento como novedoso que empiecen a usar en decisiones “tontas” o evidentes. De ese modo se puede ir viendo como el proceso funciona y, sobre todo, donde hay una manca en la explicación. Esto es solo un blog donde doy una explicación en grandes lineas y no entro en detalle. Puedo caer en el error de no explicar algo.

Próximamente, escribiré una entrada con el ejemplo de la impresora láser, pero esta vez en la práctica. Con una tabla con números objetivos y subjetivos. El precio y otras características a tener en cuenta.


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