Una de las formas más usadas para comparar inversiones dispares es mediante la variable ROI Esta consiste en cuantificar el retorno de la inversión. Para ello se emplea un cálculo sencillo y muy intuitivo. No obstante, se basa siempre en unidades monetarias. ¿Qué sucede cuando el retorno de la inversión no se puede medir en dinero? Esto es lo que pasa cuando se trata de los hobbies o de agrupaciones sin ánimo de lucro. En este artículo me centraré en responder a esta pregunta.
Cálculo del ROI
Como os decía, es un cálculo sencillo y simple de entender. Solo debemos cuantificar la inversión hecha y el dinero recibido de dicha inversión. Primero debemos tener en cuenta que si solo tenemos medimos el dinero recibido, tendremos una magnitud que nos dirá que cuanto más invirtamos más recibiremos, generalmente. Así que debemos relativizar ese retorno en función de lo invertido. Esto se consigue dividiendo entre la inversión hecha, el retorno recibido. Pero, en el ROI, además haremos una resta solo para hacer el número más pequeño. Por tanto, su cálculo es:
Ejemplo
Si vamos al banco para invertir 5000€ en un fondo y, pasado un tiempo, nos devuelven 5450€, suponiendo que hemos quitado impuestos, comisiones y otros gastos, el ROI queda:
(5450-5000)/5000 = 0,09%
Si en otro lugar decidimos invertir 7500€ y, pasado el mismo tiempo, nos devuelven 8100, habremos ganado 150€ más, pero el ROI dice:
(8100-7500)/7500 = 0,08%
Por tanto, la primera inversión ha dado mayor fruto.
Alternativa común
Regresando a nuestra pregunta ¿y cuándo lo recibido no se puede medir en dinero? Una alternativa común que he visto entre los economistas es pasar el fruto recibido a dinero mediante algún supuesto. Por ejemplo, para cuantificar el valor económico del medio ambiente una de las posibilidades que se planteaban era la de suponer si todo ese trabajo lo tuvieran que hacer los humanos. Un caso concreto sería si no tuviéramos abejas, deberíamos de tener operarios polinizando las flores lo cual lleva un coste y así tendríamos una variable económica.
En el caso de una ONG que luche por el mantenimiento de la pintura y una de sus actividades sea la de restaurar cuadros de pintores ilustres, tendremos que la restauración revaloriza el cuadro según precios del mercado. Dicho valor se podría tomar como recibido. Aunque no se reciba nada, ya se puede cuantificar lo “beneficiosa” que ha sido la inversión hecha.
Sin embargo, esto solo se puede realizar en unos pocos casos, en otros casos dicho procedimiento resulta conflicto emocionalmente además de ser poco ético. Una ONG que quiere salvar vidas… ¿cómo vas a cuantificar en dinero el valor de una vida? Resulta un conflicto para nuestras emociones y está muy lejos de la ética.
Mi propuesta de solución
Una vez visto lo anterior y que las alternativas expuestas no nos resultan convincentes, estamos en disposición de usar una variable diferente al ROI. No obstante, primero quiero comentar que esta pregunta la tenía desde los inicios de este blog. Finalmente, leyendo a Pablo Moratinos he podido pensar en una solución que os propongo.
En el blog de la empresa «3 y media Comunicación digital», 3ymedia.net, Pablo, experto en marketing online y miembro de la comunidad WordPress, nos explica y nos da consejos sobre temas muy variados sobre el mundo online. El pasado miércoles publicó un tuit anunciando su artículo de nombre Analítica web para pequeños negocios, métricas simples y accionables. En esta entrada nos comenta que debemos tener claro el objetivo que debe cumplir la página web del negocio. La verdad es que esta es la clave para que los datos no sean meras curiosidades. Además, expone de manera muy sencilla cómo seleccionar aquella información de interés para obtener conclusiones pertinentes. Te invito a leerla.
En el caso de un hobby, el objetivo es pasarlo bien y hacerlo pasar bien. Así que toda inversión que hagamos debe regresar en diversión, entretenimiento, ratos agradables, etc. Pero ¿cómo medirlo? ¿Según las cervezas que te ahorras? 😀 ¿y para una ONG cualquiera?
La clave para usar el ROI o más bien una adaptación, reside en medirlo todo en función del tiempo, es decir, donde ponga €, pondremos horas. Así tenemos, tiempo invertido en actividades que nos gustan o no y tiempo de diversión. En ambos casos debemos contabilizar el propio y el ajeno. Con lo cual este ROI para hobbies quedaría:
donde las horas de diversión contempla las propias y las ajenas, las horas invertidas también deben ser las propias y las ajenas.
Si nuestro entretenimiento es pintar cuadros y los mostramos, aunque sea a nuestros amigos, se debe contabilizar el tiempo que lleva pintarlo, desde ir a comprar el material hasta el tiempo que se está mostrando el cuadro a otras personas. Casi seguro que el 98% del tiempo invertido sea diversión y que el 99.9% de la gente que ve el cuadro esté pasando un rato agradable. Ambos se deben sumar y ver que resulta.
En el caso de un blog cabe la posibilidad de medir los tiempos de la sesión de cada visitante que se deja ver. No hay que preocuparse de que nuestra visión sea sesgada, siempre lo es. También debo determinar quiénes se divierten y quiénes, no. Para ello, y teniendo en cuenta lo que dice Pablo, los rebotes son tiempos de aburrimiento que se debe contabilizar como tiempo invertido por parte del visitante, pero no como tiempo de diversión.
El cálculo que puedo hacer según la información que tengo es poco riguroso, pero como siempre, es mejor que mirar solamente las visitas recibidas. La herramienta que estoy usando es Google Analytics, la cual ofrece la duración de la sesión a excepción del tiempo dedicado a la última página vista.
Otro aspecto importante es convertir el dinero empleado en tiempo invertido. Esto se puede conseguir dividiendo el dinero entre lo que ingresas en tu nomina anual por cada hora trabajada. Si ingresamos unos 20€ (Jornal anual en € / 1750h de trabajo anual) por cada hora trabajada y hemos invertido 200€, esto equivale a 10h invertidas que no son diversión.
Para las asociaciones sin ánimo de lucro
En el caso de una ONG que salva vidas podemos contabilizar por cada una salvada, el tiempo de su esperanza de vida que tiene según su edad y otros factores. Esta vez, sí es lícito, moral, ético y poco conflictivo decir que has salvado la vida a una persona que le quedaban 40 años por vivir y que para ello se han invertido dos semanas de colaboración, por ejemplo.
Si aun así no tenemos posibilidad de calcular este ROI’, podemos hacer una tabla con el coste monetario, las horas invertidas y los logros conseguidos en cada año. Ello nos ayudará a comparar de una manera más rigurosa que si no realizamos ninguna.
Conclusión
El ROI’ propuesto, que se basa en las horas en vez de los euros, es, en principio, una buena solución para cuando no podemos usar la variable económica. Ello no significa que no haya otras formas de decidir en qué invertir el tiempo y el dinero en un hobby. Además, podemos tener en cuenta variables subjetivas, siempre mejor que nada como revindico aquí.
Gracias por leer. Te invito a visitar las últimas publicaciones. Actualmente, busco conocer gente con otros puntos de vista y con otras opiniones, además de gente que coincida conmigo. Así que siéntete libre para comentar, tuitear o dar algún tipo de feedback.
Muy interesante la reflexión!. Entiendo que en el caso de las ONG que ayudan a personas, el ROI’ sería siempre mayor que cero y en el caso de que salven vidas, el índice tendería a infinito, pues no sólo se salva una vida, sino se salva toda la descendencia, es decir, infinitas vidas.
Buena observación, Javi.
La verdad es que salvar vidas es muy provechoso. Eso sí hay que parar y no incluir las consecuencias. El objetivo es salvar vidas, no generaciones. En caso contrario, ir a trabajar sería mucho más provechoso porque posibilita el ofrecer dinero a un ong que salva vidas y nunca terminaríamos…