En un firmamento denso y oscuro he visto el orto de una nueva estrella. Promete brillar con fuerza a su paso por el zenit. No es el Sol, ni la Luna, ni planeta alguno. Más bien es una adorable monstrua.
Aunque solo puedo afirmar que acaba de nacer, auguro que muchos rincones del conocimiento serán iluminados por ella. Espero que, allí donde hay tinieblas reine la clarividencia. Espero que el misterio pase de quebradero de cabeza a fortalecer nuestra mente, gracias a ella.
No en vano, digo que todo es inútil si la población mira a otro lado. No en vano, digo que la visión requiere más de ojos que de luz. No en vano, digo que la esperanza recobra toda su fuerza cuando la respalda una estrella.
Esa monstrua que ilumina con plena gratitud, tiene naturaleza matemática. Parece conocida, pero su conducta es extraña. Parece racional, pero algo no encaja. ¿Qué será, será? La próxima entrada… más.