El día 1 de junio de 2018, finalmente, entregué un artículo a la revista Óptica Pura y Aplicada (OPA) en cuyo público se encuentran expertos en colorimetría. Su respuesta fue temprana y decía que rechazaba la posibilidad de procesar el texto, es decir, la entrega hecha no se somete a la revisión por pares. Una respuesta muy desalentadora; es como si dijese: no te queremos escuchar.
La revisión por pares es un procedimiento que suele usarse en las revistas de ciencia. Este les permite determinar si un artículo está listo para publicar, si requiere de algunas modificaciones o si se rechaza. Todo ello en el supuesto que quieran procesar el artículo. En mi caso no se ha dado ese supuesto. Veamos algunos motivos.
Por un lado, el PDF que les entregué va dirigido a todo académico y profesional que trabaje en el mundo del color por lo que no tiene ni un vocabulario científico ni técnico, mas bien genérico. Esto es necesario para poder abarcar a todo ese grupo de interesados por el color. Pero, la revista es científica.
Por otro lado, el resultado no surge de un laboratorio, algo que David Mas, editor de OPA, echaba en falta. Si ojeamos la revista, se ve claro que gran cantidad de sus artículos cuentan experiencias del laboratorio. No obstante, ello no significa que sean todos y tampoco es una exigencia que esté en las bases.
Llegados aquí podríamos preguntarnos ¿por qué elegí esta revista?. La razón es sencilla. La revista OPA es la revista de la Sociedad Española de Óptica donde, dentro de ella, está el Comité del Color (español). Así que, pensé que sería un buen público al que dirigirme. Pero, parece ser que, al menos, no es el medio.
Independientemente de los hechos, quiero agradecer a David la recomendación de otra revista para dirigirme a un grupo más amplio. Esta revista conecta las dos culturas (ciencias y letras). Tal vez sea demasiado amplio, pero es una buena posibilidad para ser escuchado.
En estos momentos recuerdo que me dijeron que: si una persona no se integra, no es culpa de la sociedad, sino de ella. No obstante, la naturaleza nos enseña que una semilla germina si se dan las condiciones ambientales necesarias. Por tanto, no se trata de culpar a una parte, se trata de dejarse llevar por el viento para cambiar la ubicación y tener la posibilidad de encontrar otras condiciones ambientales.
En el mundo de la música se ve más claro. Hay muchos instrumentos queridos por un grupo reducido. En Valencia, por ejemplo, tenemos la dolçaina (o dulzaina). Se mantiene viva gracias a la pasión de algunos valencianos por mantener la tradición. En los EE.UU. tienen sus instrumentos para el country como el banjo, el dobro…
Todo ello me lleva a sentirme como si fuese una dulzaina que ha querido tocar en una banda clásica. Tal vez deba hacer como las semillas, dejarme llevar y encontrar esas condiciones ambientales o ese pequeño entorno dispuesto a escucharme. Lo que pretendo, un modelo matemático del color, no es trivial y no va a salir a la primera.
O… quizás… no deba moverme de este blog. Aquí se están dando ciertas condiciones gracias a vuestro seguimiento que me motivan en mi pretensión dicha en el lema de la cabecera. Lo pensaré. Si tiene algún consejo o comentario, será bien recibido.
Seguro que es un artículo magnífico, y serán muchos más. Un abrazo y muchas felicidades
Muchas gracias, Gorka.
A seguir trabajando, crack. Los resultados acabarán llegando ???
Gracias, Carles. Sin duda hay que seguir.