Debido a Nicolás Copérnico hoy disponemos de una técnica más para el pensamiento y la disertación: el giro copernicano. Esta consiste en buscar otro punto de referencia que no sea el que hasta ahora se ha considerado por mucha barbarie que pueda parecer.
A continuación, explicaré mejor en que consiste el giro copernicano, pero primero conozcamos unas pinceladas sobre su vida.
Detalles de Copérnico
Cuenta la Wikipedia que nació en Thorn (Polonia) el 19 de febrero de 1473 y murió 70 después, el 24 de mayo 1543 en una ciudad no muy lejana a la anterior. Fue un rebelde del catolicismo, como Descartes y Galileo, porque se atrevió (atrevieron) a decir verdades contrarias a su religión. A diferencia de Galileo, que fue perseguido por la Santa Inquisición, Copérnico tuvo la astucia de no publicar nada de su principal teoría hasta poco antes de su muerte.
Su trabajo tiene repercusiones hasta hoy en día, pero no fue aceptado hasta unos años después de su muerte. La causa reside en que sus ideas en Astronomía eran revolucionarias para la época y es comprensible que se reservara el derecho a publicar para evitar el rechazo social. Cabe resaltar que cultivó más de una disciplina, entre ellas tenemos: las matemáticas, la astronomía, la física, la medicina, la economía, la política (fue gobernador), la diplomacia y alguna más.
El giro copernicano
Nicolás Copérnico desarrolla la teoría heliocéntrica del sistema solar. Para ello se basa en las ideas de Ptolomeo. No fue el primero en concebir dicha posibilidad ya que, en la Antigua Grecia, Aristarco de Samos anunció esa teoría, pero parece ser que quedó en el olvido.
Un filósofo de la ciencia del siglo XX, Thomas S. Kuhn, le dedica todo un libro a su revolución. En el sostiene que cuando las teorías se hacen insoportables –así me gusta expresarlo–, se da la revolución en ciencia. Dicho de otro modo, más fidedigno a Kuhn, cuando la teoría debe llegar a altos niveles de complicación para encajar lo empírico y llega a unas dificultades difíciles de superar, se da la revolución científica. Esto es lo que sucedió en aquellos tiempos.
A continuación, expondré la dificultad que consiguió superar Copérnico. Existía un principio de uniformidad el cual decía que todas las órbitas planetarias habían de ser circulares. Dada su imprecisión para explicar el movimiento de los planetas, que giraban alrededor de la Tierra, se aceptaba que tuviesen circunferencias dentro de circunferencias como se ve en la ilustración. Expresado de otro modo, un planeta seguía una órbita alrededor de la Tierra que podía ser descompuesta mediante acumulación de circunferencias.
La teoría no contradecía los resultados empíricos, sin embargo, cuando Nicolás Copérnico “hizo parar el Sol y puso en movimiento a la Tierra”, es decir, cuando sustituyó a la Tierra por el Sol, las circunferencias no tenían tal nivel de complicación. Todo se simplificó enormemente a costa de un pequeño dolor para la época: la Tierra no era el centro del Sistema Solar y por extensión tampoco lo era del Universo. Como observa Thomas S. Kuhn, esta vez no se abandona una teoría por su falsedad, sino que nos acogemos a una mucho mejor de entender y que mejora la precisión de los cálculos esta vez más simples.
Definición
Creo que llegados aquí es más fácil entender lo que decía de tomar otro punto de referencia que explique los hechos. En ocasiones establecemos la causa de los efectos en un hecho precedente a ellos, pero esto puede no ser así. Cuando elegimos otra causa también influyente, tenemos un giro copernicano.
¿Eres el centro de tus resultados?
Soy consciente de que esta es una pregunta un poco dolorosa para nuestra subjetividad porque nos gusta creer que todos nuestros actos son voluntarios, que somos libres por ley, por naturaleza y por espíritu. Pero tal vez si hacemos un giro copernicano podamos llegar a entender mejor nuestro pasado y tener un mayor grado de participación en nuestra vida.
Muchas veces dependemos de más personas para que nuestros resultados sean satisfactorios. Cuántas veces no depende de nuestra voluntad. Y en más ocasiones el mérito entero no es nuestro. El reto en estos casos es hacer el giro copernicano adecuado para conocer quien “gobierna” nuestros resultados.
Ello nos restringe el protagonismo, pero nos permitirá entrar en el mundo del agradecimiento de manera más natural y sincera. Ver que no estamos solos en nuestros resultados y que en numerables ocasiones dependemos más de otra gente que de nosotros, nos ayudará a trabajar en equipo y a ser humildes.
Cuiden su entorno y cuidarán de ustedes mismos.
Piensen sistémicamente.
Referencias
- Wikipedia (consultada en Octubre’22)
- Solís Santos, Carlos; Sellés García, Manuel. 2005. Historia de la Ciencia. Espasa
Agradecimientos
- Foto de Pure Julia en Unsplash