Astronomía, colores y emociones

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Relacionar la astronomía, los colores y las emociones no es evidente. En este artículo hablo sobre la observación en cada campo. Nos será útil para aprender a exportar la experiencia entre estas disciplinas. Lo que nos llevará a evolucionar como personas, ya que aprenderemos a ver las diferencias entre ciencia y emociones.

Para ello, primero veremos una breve descripción de la astronomía y de la ciencia del color. Luego veremos los rasgos de la observación en cada ámbito para descubrir que depende de la disciplina. Seguidamente veremos cómo son esos rasgos en el espacio emocional. Finalmente, encontraremos unas conclusiones.

La astronomía es la ciencia encargada del estudio de la posición de los astros en el cielo y por extensión en el espacio. No hay que confundirla con la astrofísica, ya que esta última estudia las propiedades físicas de los astros. Esto se puede conseguir mediante el análisis de la luz tal y como dejaba entender en este artículo. Así pues, la astronomía, sobre todo la rama observacional, es como una geografía del universo, pero con la diferencia de que los astros se mueven mientras que las ciudades permanecen quietas.

Los colores son estudiados por la ciencia del color. Esta ciencia es interdisciplinaria y acoge múltiples de ellas como son: biología, medicina, física, química, psicología, etc. En ese mundo también tienen cabida los estudiosos del arte; como referencia tenemos a A. Munsell. Seguidamente debería hablar de las emociones, pero veamos primero estas dos disciplinas.

Astronomía y colores

Ambas tiene rasgos similares a la hora de estudiar su objeto. En sendos casos hay una realidad, unas limitaciones, una perspectiva, una interpretación, un resultado y una compilación. Todo ello condiciona a la observación y a las afirmaciones que se realizan después de ser razonada. Veamos con más detenimiento las características de cada rasgo.

La realidad

A pesar de que en astronomía todo se mueve la realidad la podemos considerar fija respecto al observador, es decir, esta será la misma tanto si es observada como si no. También seguirá siendo la misma si el observador “está presente” o no. Por ello, digo que la astronomía dispone de una realidad fija.

No obstante, en la ciencia del color no ocurre exactamente lo mismo. Por ejemplo, si nos interponemos entre el foco de iluminación y el objeto, la interacción entre la luz y el objeto dependerá de nosotros, en caso contrario, no. Así que, se puede decir que, a pesar de que la realidad no sea fija, respecto al observador, existen maneras de observarla de forma que no la alteren.

Las limitaciones

Una vez más, como en toda labor realizada por un ser humano, hay limitaciones, las cuales en algunos casos dependen de él y en otros, no. La atmósfera, la contaminación, la presencia de satélites, entre otras producen una observación diferente debido a las diferencias en la observación que provocan. Otras limitaciones están más ligadas al individuo como pueden ser la agudeza visual, la destreza en el uso de las herramientas, la memoria o la formación, etc.

La ciencia del color también tiene sus limitaciones para observar la realidad, o tal vez debería decir, las personas dedicadas a la ciencia del color deben esquivar ciertas limitaciones. Una limitación que no depende del observador sería que la luz puede llegar a quemar el objeto o alterar su color, de hecho, el paso del tiempo impide que se conserve el color debido a la luz. Por lo que respecta a las limitaciones que dependen de quien observa se puede decir que disponemos de una diversidad visual entre nosotros de tal manera que producen observaciones distintas; donde unos ven rosa otros ven gris.

La perspectiva

Para observar el firmamento necesitamos estar en algún lugar de la Tierra lo que nos condiciona a no observar lo mismo que en otro lugar. No por ello vamos a concluir que las demás estrellas han desaparecido o que lo que ven los demás es una anomalía de la realidad, algo inaceptable.

El color de los objetos también pueden depender de la perspectiva, ya que el ángulo de incidencia de la luz puede producir un color u otro. Otra cosa, muy distinta es decir que la realidad ha sido alterada por el ángulo de observación del objeto.

Debemos concluir de ello que las diferentes limitaciones de la observación –o de una persona observando– en cada disciplina configuran una perspectiva diferente que no implica una alteración de la realidad.

La interpretación

Una vez hemos observado una realidad durante un tiempo bajo unas limitaciones y una perspectiva se produce una interpretación. Un caso muy destacado son los colores relacionados. Estos colores no cambian en sí, pero se perciben de manera muy distinta, si a su alrededor ponemos otros colores. Esa percepción es la interpretación en este caso. La apariencia sin ser razonada.

En astronomía tenemos la sensación que el universo gira alrededor de la Tierra y así se creía en la antigüedad. Pero solo la luna y los satélites artificiales u otros artefactos lo hacen. La astronomía consiguió demostrar que es una interpretación que no refleja la realidad tras pasar muchos años.

Los resultados

Los resultados de una observación son las conclusiones, es decir, la apariencia razonada. La capacidad de razonar nos permite afirmar sentencias diferentes a las interpretaciones en todas la ciencias y en otros ámbitos.

Por ejemplo, una interpretación sería “Veo el objeto de color rojo”, un resultado sería “el objeto es rojo” y, otro distinto, “la luz es roja”.

La compilación

Una vez hemos obtenido los resultado, los podemos compilar y lograr una conclusión más global o general. Dadas las observaciones realizadas se pueden resumir en una afirmación que incluya a todas las demás. Una de las cosas más asombrosas de la astronomía es cuando te dicen cómo se verá el eclipse desde diferentes posiciones de la Tierra de manera a priori.

Así, mientras en astronomía esta parte está muy evolucionada en la ciencia del color creo que le falta mucho porque sus conclusiones generales están sujetas a un observador patrón y un blanco de referencia. No digo que los resultados no estén, sino que la compilación aún no se ha generado.

Emociones

A continuación, veremos los rasgos estudiados anteriormente aplicadas al espacio de las emociones. Encontraremos algunas sorpresas.

Las emociones dependen de muchos factores incluso de ninguno, es decir, podemos emocionarnos por nada, sin más, sin que pase nadad de nada, ni en el exterior ni en el interior de nosotros y podemos emocionarnos por un compendio de factores. Tal vez me haya excedido un poco, pero no tanto como pueda parecer.

La realidad

La primera sorpresa la encontramos en la realidad. Dado que nosotros participamos en ella, no hay manera de fijarla y, por lo tanto, es variable. Por ejemplo, nuestra presencia altera las conversaciones. Así si estamos junto con un grupo de personas, su conversación no será la misma que si no estamos. Por lo que digo que la realidad es variable respecto al sujeto u observador.

Podemos pensar en un observador no presente que oye y ve lo que sucede a través de cámaras y micros ocultos. En este caso el observador pierde información porque no dispone de los olores, ni de la temperatura ni de la humedad, etc. Por lo cual tal vez no sea el más indicado para describir los hechos. Además es una situación tan artificial que dudo que tenga alguna aplicación. De todas formas, en adelante ignoraré esta posibilidad.

Las limitaciones

Obviamente aquí también tenemos limitaciones que condicionan la observación. Unas son independientes del observador –y participante– y otras depende de cada uno. Por ejemplo, podríamos ser ciegos, podríamos hablar en otro idioma, podríamos estas ordenados de manera diferente, etc. Todo ello altera la observación.

La perspectiva

Como sucedía con las dos ciencias anteriores las limitaciones configuran una perspectiva u otra. Aquellas que no dependen del individuo son conocidas como objetivas y las otras, como subjetivas. Pero siempre se puede decir que si estamos en la piel de esa persona, observaríamos lo mismo.

Como vemos, en el mundo de las emociones todo se complica. Hay más factores que intervienen y no podemos aspirar a lo mismo con el mismo esfuerzo. Las frases para expresar nuestras conclusiones deben cambiar notablemente para acoger toda esa diversidad de factores. Esta es para mí la segunda sorpresa: el lenguaje debe mejorar para albergar la complejidad de las emociones.

La interpretación

Después de todo ello, se produce una interpretación de lo ocurrido que ya nos sugieren una acción, la cual realimentará a los hechos. Esta realimentación puede provocar que pensemos en la interpretación como el resultado. Sin embargo, la interpretación difiere del resultado en el esfuerzo de la razón es casi inexistente y se basa más en la apariencia.

El resultado

En el espacio emocional es donde ocurren los sentimientos que luego son percibidos y pensados por la razón. La conclusión que de ahí se extraiga confecciona el resultado particular de la interacción emocional.

La compilación

Suele ser frecuente, en este espacio, hablar de quién tiene razón, es decir, de cuál es la interpretación verdadera o, dicho de otro modo, quien se emociona acorde con la realidad como si estuviésemos en las ciencias anteriores. Pero antes, deberíamos de compilar las distintas emociones que provocan diferentes interpretaciones que a su vez son causadas por multitud de diversas perspectivas y limitaciones. Y aquí otra sorpresa: las emociones son la realidad que la razón debe pensar (sin juzgar).


Inciso: sobre la replicabilidad

Debo decir que he dejado a un lado este rasgo de la observación porque tengo una opinión polémica, pero conectada con el discurso de la ciencia. Para mí, los hechos no se pueden replicar idénticamente al 100% por muy sencillos que sean. Por ejemplo no se puede repetir dos ensayos de teatro o de música de manera que los resultados sean exactamente los mismos. Una vez ha ocurrido uno el otro será diferente. Si los vemos iguales es que estamos ciegos a ciertas cualidades o que no las queremos ver a voluntad propia.

Otro ejemplo un poco más llamativo es el siguiente. No podemos saludar a una persona dos veces seguidas y esperar la misma reacción en ambos saludos y mucho menos en cien veces. Alguien puede pensar que si dejamos caer una bola pulida por el borde de una rampa de madera tendremos el mismo resultado una y otra vez. Aquí también se produce un aprendizaje y por ello hay un cambio en el conjunto. Si que podemos pensar que esos hechos son equivalentes, es decir, no son exactamente iguales pero mantienen suficiente similitud para equipararlos.


Conclusión

En anterioridad hemos expuesto los rasgos de la observación en cada ámbito. Hemos visto que las emociones y la astronomía junto con la ciencia del color se pueden comparar con los rasgos descritos. Así que, si queremos aprender de una disciplina estando en la otra, debemos de tener en cuenta dichos rasgos. Ello nos permite saber cuándo debemos imitar, por ejemplo, o cuándo debemos hacer algo diferente.

Por ejemplo, si tomamos una emoción como la verdadera y las demás son falsas o fuera de lugar, estamos perdiendo la posibilidad de compilar y enriquecernos con una visión más amplia de lo que sucedió. En el espacio emocional tiene más sentido compartir para enriquecer a la persona que está a nuestro lado que para corregir sus limitaciones. Ello es así porque hemos visto que la realidad en el espacio emocional no es fija, sino que el observador influye mucho en la realidad.

Queremos terminar diciendo que el respeto en las emociones es escuchar sin imponer tu verdad y ser conscientes de que hay otra realidad que ha ocurrido, la cual nunca está fuera de lugar.

Agradecimientos

La imagen de cabecera es una obra derivada a partir de:

  • “An ageing beauty” propiedad de ESA/Hubble & NASA
  • Imagen de Marek Studzinski en Unsplah

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