Generosidad, condición necesaria para el éxito

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Este post es una respuesta a un artículo publicado en los blogs de Madri+d de título Afán de trascender (Impres) y escrito por Manuel de León y Cristina Sardón. Les escribí un comentario, pero el CAPCHA marcaba error en los tres intentos. Recomiendo la lectura de la entrada a la cual respondo, siempre que quiera entrar en detalle.

Voy a atreverme a dar mi opinión aunque no coincide con la de los autores anteriores. Al fin y al cabo se trata de intercambiar impresiones y opiniones que están basadas en la experiencia propia y no en los conocimientos científicos, ya que ni ellos ni yo somos expertos en psicología.

Para mi, cuando Newton dice que está a «hombros de gigantes» está reconociendo que se ha conseguido algo importante y que el mérito es de sus compañeros que son los verdaderos “gigantes”. Ciertamente era importante porque hoy todavía lo usamos, lo que significa que era realista.

Por otra parte, creo recordar del bachiller que el egoísmo fue de gran utilidad a Freud para explicar las enfermedades psicológicas. En Wikipedia podemos encontrar un artículo dedicado al egoísmo psicológico: teoría que pretende explicar la conducta humana basándose en el egoísmo.

Quien cree en el egoísmo, cree en que actuamos de una forma u otra dependiendo de cuál es nuestro interés propio o que nos resulta más placentero sin tener en cuenta a los demás, según manifiesta el aporte anterior de la Wikipedia. Pero, estas hipótesis no están libre de crítica como bien se dice en la enciclopedia online.

Cabe decir que hace unas semanas tuvimos, en Barcelona, una de las más terribles manifestaciones del egoísmo: conseguir el cielo o no sé qué paraíso a cambio de unas muertes y del sufrimiento del prójimo. No hay duda que esta vez a los culpables les movía la oportunidad de acceder a un mundo más placentero.

Incluso así, me pregunto, ¿el egoísmo siempre explica la conducta del individuo? ¿Es condición necesaria para llegar a tener éxito? Para contestar a estas preguntas hay que definir bien el concepto de egoísmo. Para ello hay que definir bien que es el ser humano. De momento ofrezco una definición de ser vivo en enlace anterior.

Percibo, en lo leído, que quienes apoyan al egoísmo como motor de la conducta, tienen un cierto pesimismo. Es decir, intuyo que en otros lugares afirmarán que el ser humano es malo por naturaleza. Esto es un gran error dentro de la ciencia: no debemos juzgar la realidad, simplemente ser objetivos. Aunque, estamos en un plano informal, tratamos de ser científicos, no jueces.

También tengo la impresión de una carencia imaginativa en la propuesta de hipótesis que puedan explicar la naturaleza humana. Por ejemplo, ante una situación de respuestas opuestas caben cuatro posibilidades que surgen del producto cartesiano. Veámoslas:

x Placentera Dolorosa
Egoísta Placentera y Egoísta Dolorosa y Egoísta
Generosa Placentera y Generosa Dolorosa y Generosa

Ahora se trataría de diagnosticar en qué caso está cada persona delante de qué situaciones. El hecho de que seamos libres nos permite afirmar que no siempre reaccionamos igual y, entonces, las cuatro posibilidades forman parte de nuestro repertorio de reacción. Además, cabe la posibilidad que dependa más de la creencia del individuo sobre como serán cada una de las posibilidades de reacción que de lo que realmente son. Es decir, uno puede elegir una reacción porque cree que es placentero y luego descubrir no es así.

La tarea de contrastar, falsear o demostrar empíricamente recae en aquel que propone una nueva teoría. En muchos casos, la lógica nos lleva a bucles que no es difícil salir de ellos. Esto es algo que ocurre en los argumentos que defienden el egoísmo porque proceden de la siguiente forma: siempre habrá un planteamiento a que la persona es egoísta, pero como no la contrastamos… finalmente, se da por cierta.

Recordemos el propósito de este artículo: la generosidad como condición necesaria para el éxito. Cuando digo éxito me refiero al logro de un objetivo propuesto. Para que sea un objetivo, debe depender de quien se lo propone casi por completo. Una consecuencia inmediata es que la suerte no interviene en el logro del objetivo.

Así que, para alcanzar el éxito debemos recurrir a argumentos basados en la generosidad. Les recomiendo la siguiente experiencia: vayan a Google Imágenes para buscar «Citas sobre el éxito», aparecerán muchas personas célebres con sus citas. Entre las imágenes podrán observar que el egoísmo está ausente. También verán que las personas de éxito dan consejos para afrontar las diversas situaciones difíciles con las que se puede encontrar alguien en la búsqueda de la meta. Este es un acto generoso porque es preferible conseguir el éxito que explicarlo: te ayudan a conseguirlo.

Muchos dirán que les resulta placentero estas muestras de entrega y de revelación de su “secreto” hacía al prójimo. A ellos les respondo que en ese caso, el generoso disfruta de serlo y puede que el egoísta odie la generosidad lo que le llevaría al sufrimiento para conseguir el éxito.

Por tanto, si queremos lograr algo hay que usar ciertas dosis de generosidad. El egoísmo no nos garantiza el éxito ni tampoco es condición necesaria. Puede que tengan afán de trascender, pero ello no implica egoísmo ni tampoco el logro de su propósito. Entre los egoístas hay quienes están dispuestos a sufrir siendo lo que no son, generosos, solo por experimentar el supuesto placer del éxito.

Esta es mi opinión.


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2 comentarios en «Generosidad, condición necesaria para el éxito»

  1. Muy buen artículo. Con generosidad se pueden conseguir cosas maravillosas. Y más en el mundo de la ciencia, ya que cuanto más conocimiento se comparta y se divulgue, más posibilidades hay de nuevas teorías, áreas de conocimientos y logros. ¡Gracias por tus entradas!

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