En esta entrada expongo mi punto de vista sobre la labor que desempeña el periodista. Me baso en un artículo anterior donde expresaba cuáles son los objetivos de la ciencia según deducía al observar su comportamiento. Estos eran: predecir el futuro, describir el presente, explicar el presente en función del pasado.
Los periodistas nos llevan las noticias de lo que está ocurriendo en el mundo a casa. Lo hacen cubriendo las 6W (inglesas): Qué (What), Dónde (Where), Quién (Who), Cómo (How), Cuándo (When) y Por qué (Why). Al responder las 4 primeras w’s están describiendo los hechos sucedidos en ese cuándo, por tanto, son los encargados de describir la realidad presente. El por qué enlaza el presente con el pasado, de ese modo, explican el presente en función del pasado. Por último, todo ello lo hacen en vistas a predecir el futuro.
Lo dicho anteriormente se ve claramente reflejado en el libro de Ryszard Kapuściński, Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo. [Kapuściński_2016*]:
Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día, tenemos que estar pendientes de todo y en condiciones de prever el futuro.
Además, ellos no terminan su función ahí. A diferencia de los científicos, que empiezan su trabajo de forma que solo ellos lo pueden entender, los periodistas comunican inmediatamente su trabajo al resto de la sociedad. Esto les lleva a hacer uso de las artes literarias, si la comunicación es escrita, u otras artes, si la comunicación es por otro medio. De ese modo, dicha labor requiere de ciencia y arte. Veamos por un momento qué es el arte.
El arte
Muchas veces cuando usamos la palabra arte lo hacemos para referirnos al talento de una persona para hacer algo en concreto. Ahí encaja la primera acepción del diccionario de referencia del castellano, el de la RAE.
1. m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo
Sin embargo, cuando hablamos del arte, no encaja con esa acepción. Más bien queremos hablar de la pintura, la literatura, la escultura, la música, etc. Para ello la RAE escribe la segunda acepción:
2. m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
Interpretamos la realidad cuando nos emocionamos o tenemos sentimientos y cuando la juzgamos. La ciencia describe la realidad sin juzgarla ni interpretarla; solo relata lo que sucede fuera de cualquier ser humano. El artista, en cambio, pone de manifiesto sus sentimientos, emociones y juicios de aquello que ocurre o imagina.
El artista, como cualquier que ejerza su labor, necesita habilidades para desempeñar su tarea. Ello no significa que artista sea sinónimo de habilidoso; es mucho más. Hay arte cuando hay un flujo emocional a través de algún medio de comunicación.
El escritor, a través del texto; el pintor, a través de las imágenes; el compositor, a través del sonido; el creador de cine, a través de imágenes enlazadas y con sonidos; etc. Crean un ente real que evocará en nosotros unos sentimientos. Una vez para expresar lo que el artista siente y otras veces para emocionarnos, pero siempre a su voluntad y con nuestro consentimiento voluntario de dejarnos llevar por él.
Así, otra definición válida para el arte sería:
La comunicación, transmisión o creación intencionada y dirigida de emociones o sentimientos previamente planificados a través de algún medio de comunicación y voluntariamente aceptada por parte de quien se emociona.
Con esta definición muchos pensarán que el espectáculo es un arte porque crea en nosotros unos sentimientos y unas emociones. A ellos, les subrayo que dicho flujo emocional debe ser intencionadamente dirigida y previamente planificada. Normalmente, en el mundo del espectáculo se juntan los elementos para ver qué ocurre y a saber qué sentimientos evoca esa vez que se realiza el espectáculo.
El arte en el periodismo
Al principio de este texto relacioné el periodismo con la ciencia, luego hemos visto qué es el arte y, a continuación, escribiré la relación entre arte y periodismo. Los periodistas son conscientes de que las emociones son clave para describir la realidad social que nos envuelve. Las emociones terminan en hechos y los hechos causan sentimientos. Espero coincidir con el lector que la mejor forma de expresar los sentimientos es usar el arte.
El periodista tiene a su disposición elegir si comunicar los sentimientos de forma artística o deforma objetiva sin causar emociones en el lector. De ese modo, al acceder a un diario se pueden encontrar dos tipos de artículos: aquellos que transmiten alguna emoción o aquellos que son «insípidos». Mi experiencia me dice que, tiempo atrás, todos pretendían ser «sosos» como sinónimo de objetividad. Sin embargo, debido al aumento de la competencia en este sector, cada vez se demanda más el artículo emocional: aquel que crea un sentimiento en nosotros.
La mera transmisión de datos ha quedado obsoleta. No somos robots capaces de procesar datos e información sin emociones. La comunicación emocional, normalmente, nos facilita mucho el trabajo de hacernos una idea de los hechos que la noticia quiere contar. De ahí, que los periodistas hagan uso del arte de la literatura –tal vez en un futuro otros– para establecer una comunicación en nosotros. Por ello, digo que son artistas, además de científicos (en todo caso provenientes de la ciencias sociales o humanísticas).
Aquí finaliza la entrada. Esta es una opinión más que comparto contigo. Ahora debes contrastarla con la realidad que percibes y decir o pensar si concuerda. Te recomiendo que te centres en el buen periodismo y que no confundas el motivo por el cual empezaron a dar un toque artístico a sus noticias, con los motivos por los cuales se mantiene y es aceptado por la sociedad en sí.
El escritor, muchas veces, nos emociona con sus historias basadas en hechos reales y el periodista nos narra historias reales de forma emotiva. Una diferencia sublime, pero presente: el primero puede inventar cuando quiera, el segundo se ciñe a la realidad, que siempre emociona.