A mi parecer, la matemática propone diversas realidades coherentes o plausibles, mientras que, las demás ciencias deben determinar* cuál de todas las posibles realidades, desarrolladas hasta la época por las matemáticas, es la que más se ajusta a la realidad u objeto de estudio de dicha ciencia. Esto no es una imposición, sino una propuesta. La ciencia que lo desee puede rehusar de las matemáticas, si así lo cree conveniente. No obstante, deberá justificar, al menos moralmente, el por qué de esa renuncia, ya que no es ético desaprovechar el conocimiento de otras ciencias. Puede suceder que la matemática no esté preparada para su uso, pero se debe decir. El buen escultor no renuncia a todos los martillos porque uno no le funcionó. Como aquel que juega Golf, el científico debe elegir qué parte de la matemática le es útil.
Las matemáticas son versátiles. Un claro ejemplo lo encontramos en la concepción clásica del universo. Einstein le dotaba de unas cualidades distintas a las que le dotaba Newton. En la antigüedad, el universo es plano mientras que Einstein concluyó otra cosa. Gracias a estas dos concepciones distintas, la Física nos proporciona dos herramientas distintas. A pequeña escala la dinámica de Newton es más que suficiente y su aproximación a la realidad no deja nada que objetar. No obstante, a gran escala, es falso aquel “hecho” aceptado desde antes de Euclides: «el camino más corto entre dos puntos es la recta». Por ello se debe usar la teoría de Einstein. En ambos casos, hay también herramientas distintas de matemáticas. Ello nos muestran la versatilidad de las matemáticas para describir concepciones distintas de una misma realidad.
Por todo los anterior, digo que las matemáticas, lejos de ser una dificultad para el científico, son una facilidad para él. Sin ellas, el científico dispone de palabras, de dibujos, de recursos multimedia (fotografías, audios, videos, etc.); que son muy buenas herramientas para lograr las causas de los hechos, las descripciones de los hechos y las predicciones de sus consecuencias. Pero, con ellas, dispondrá de un recurso más. ¿Por qué olvidarlas?
Soy consciente del esfuerzo que se debe hacer para aprenderlas, de ahí la necesidad de mejorar la didáctica de las matemáticas y de avanzar en pedagogía. Muchas veces con una matemática sencilla o básica será más que suficiente, pero otras, no. Incluso en más de una ocasión se debe recurrir a un matemático que ya ha aprendido o está más predispuesto para aprenderlas en dichas circunstancias.
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Coincido al 100%. Un cordial saludo y gracias por tus fantásticos artículos.
Me alegra saber que coincidimos.